MAQUIO: REBELDÍA, SEDUCCIÓN,TRAGEDIA

martes, 5 de octubre de 2021

EL EMBRIÓN ES PERSONA QUE TIENE DERECHO A VIVIR


El 7 de septiembre la Suprema Corte de la Nación, declaró que es inconstitucional penalizar el ABORTO. Dos días después, el 9, la misma Corte declaró inconstitucional que las leyes de los estados reconozcan la vida desde el momento de la concepción.
El humanismo cristiano en el que me forme, defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural y posee una visión clara y coherente de todo cuanto se relaciona con la dignidad y protección de la persona humana. Asume posiciones consecuentes frente a temas como la pena de muerte, el aborto, la eutanasia, la clonación, el manejo de embriones humanos, la donación de ´órganos y otros del campo bioético que tengan relación con la dignidad humana.
En los temas contraversiales relacionados con la vida puede haber preocupaciones válidas y personas sensatas en ambos lados de la mesa, dudas razonables y valores genuinos en conflicto. Es el caso de las discusiones que generadas acerca de sí el embrión humano es o no persona, un debate marcado por posiciones intolerantes a las que no somos ajenos los democristianos.
Como acertadamente lo dijo mi compañero de bancada de la LVI Legislatura del PAN César Leal Angulo qepd, "no exigimos protección de nuestros derechos porque nuestra conducta sea ejemplar o deleznable, divertida o sombría, solidaria o mezquina, infantil o madura, sincera o hipócrita, sino simplemente porque somos seres humanos, independientemente de nuestra condición social,económica, religiosa o política".- El requisito único para reclamar respeto es entonces que seamos seres humanos desde su concepción.
Desde su origen, la democracia cristiana reconoce que el embrión humano es persona aunque no se vea plenamente desplegada su personalidad, que es fruto de la generación humana desde el momento de la concepción y, por tanto, merece el respeto incondicional que se debe a la vida. Esta certeza e inobjetable está respaldada por los análisis biológicos más recientes de la ciencia médica, que ya ha demostrado la existencia de la vida en el óvulo fecundado.
Los democristianos ratificamos nuestra convicción de que en el momento de la concepción comienza una vida, con una naturaleza genética única e irrepetible. Pugnamos por que el embrión sea tratado como persona desde el óvulo fecundado, es decir, desde la formación del cigoto,porque no es una cosa ni un mero agregado de células vivas: es el primer estadio de la existencia de un ser humano. Afirmo que no puede ser objeto de manipulación ni de agresiones que conducen a su destrucción y eliminación desde la Suprema Corte de la Nación, o del Congreso Federal en consecuencia los Congresos estatales.
En sintonía con el intento universal que hoy busca cambiar actitudes y lograr entendimiento universal desde el diálogo y el respeto a las diversas formas de pensar, los democristianos hacemos un llamado a discutir con tolerancia y a no descalificar planteamientos a priori. Debemos abrir paso a través de las diversas afirmaciones ideológicas y políticas para encontrar una superior, humana y digna, que salve la justicia social: que evite polarizar más la posiciones y nos brinde la oportunidad de unirnos como sociedad en defensa de la vida, no sólo como expresión biológica, sino sobre todo social.
El embrión vivo es un sujeto humano con una identidad bien definida, el cual comienza desde ese momento su propio desarrollo coordinado, continuo y gradual; como individuo tiene derecho a su propia vida. Y si nadie es dueño de la vida ni de la muerte, el Estado y sus instituciones no pueden recurrir al uso ideológico e instrumental de argumentos irresponsables que justifican el desprecio a la vida humana y que, a posteriori, fortalecen ya la ola de barbarie contraria a su eminente dignidad.
El comportamiento de los ministros de la Suprema Corte de la Nación priva a una categoría de seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado esta negando la igualdad de todos ante la ley. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo hombre o mujer, particularmente de quien es más débil, como los no nacidos o las mujeres violadas, se quebrantan los fundamentos mismos del Estado de derecho.
Es obligación del Estado procurar que la ley civil garantice el bien común de las personas mediante el reconocimiento y la defensa de los derechos fundamentales. Es su deber partir del principio de que el DERECHO a la VIDA es inviolable, y que por ser fundamento de todos lo demás derechos, debe ser respetado, garantizado y protegido. Sólo bajo circunstancias extraordinarias debidamente valoradas y justificadas en razón del bien común, podría facultar desde la ley para dar un tratamiento de excepción al no nacido.